Primer viaje
Valle del Huasco
Partimos nuestro viaje por este valle ubicado en el sur poniente de la Región de Atacama de tierras regadas con agua del río que recibe el mismo nombre. Se divide en dos ramas principales conformando dos sub-valles: el del Tránsito dónde podemos rescatar nuestros paisajes precolombinos con la predominancia de la cultura diaguita, y el de Alto del Carmen que denota nuestra influencia española.
Es el valle más meridional de nuestros valles vitivinícolas, cuna de olivos, de una vasta riqueza cultural de Cordillera a Costa, gran variedad en su biodiversidad agrícola y alimentaria de productos con un marcado sello de las tradiciones y patrimonio local.
Desde la ciudad de Vallenar comenzamos a recorrer el valle de costa a costa, desde Chañaral de Aceituno hasta la zona cordillerana del Tránsito. Recorrimos este maravilloso oasis en búsqueda de los productos icónicos de la zona, de nuestras denominaciones de origen. Nos reunimos con productores de aceite de oliva, la famosa aceituna sajada y también con proyectos de queserías artesanales donde – en condiciones extremas – producen quesos únicos en el territorio chileno. Finalmente, accedimos a materias primas inmejorables, como el chivo de la zona y el camarón de río, los cuales contienen sabores que representan el espíritu del valle.
Compartimos con viñateros que experimentan con nuevas cepas y otros que mantienen la tradición de producir de nuestras denominaciones de origen más antiguas, como lo es el fascinante “pajarete”. Asimismo, debido a su importancia, visitamos los famosos destiladores del pisco de la zona, los cuales se han convertido en parte de la identidad de Chile.
Con todo este conocimiento, valor, experiencias y productos volvemos a casa, en donde nos espera una cocina basada en fuegos. Desde los tiempos prehistóricos el fuego fue algo que maravilló al hombre y sus comunidades. El descubrimiento y control del fuego fue un paso representativo para nuestro desarrollo como individuos, utilizado como un instrumento de caza, abrigo y – por supuesto – para cocinar. Este elemento de transformación será el intermediario entre el producto y el comensal.